25 de agosto de 2013

Cosas que nadie sabe (Grijalbo)

Título: Cosas que nadie sabe (Cose che nessuno sa)
Autor: Alessandro D'Avenia
Año: 2011
Edición: Grijalbo, Barcelona 2013

«Margherita tiene catorce años y está a punto de embarcarse en una experiencia tan mágica como temida: la secundaria. En los pasillos del instituto, fascinantes y amenazantes, se forjan amistades y se encuentran las miradas que despiertan nuevos sentimientos. Pero entre las cuatro paredes de su habitación, Margherita experimenta el vértigo de lo desconocido y tan solo el calor de su entrañable abuela, de su hermano pequeño y sus adorados padres le ofrece la protección y el valor que necesita para enfrentarse al incierto futuro. Hasta que un día recibe un mensaje de su padre donde le anuncia que se va de casa». La amistad de Marta, una entusiasta, las lecciones de su profesor de lengua, perdidísimo en su mundo literario, y, sobre todo, Giulio, un tipo duro de cuarto curso, su primer y gran amor, le harán reaccionar y la empujarán a la búsqueda de su padre (de la solapa del libro).

He sufrido una pequeña decepción. El anterior libro de D’Avenia, Blanca como la nieve, roja como la sangre, me dejó muy buen sabor de boca y compré Cosas que nadie sabe con bastante ilusión. Me da pena decirlo, pero lo he terminado casi sólo por conocer el final, leyendo en diagonal y saltando algunos párrafos. ¿Qué consejo le daría al autor para su próximo libro? Que deje para otro género –¿un ensayo?– sus reflexiones, siempre interesantes, sobre los temas que se van planteando al hilo de la narración: amor, amistad, la familia, la relación con Dios, etc. Y le daría este consejo porque la sensación que he tenido al leer el libro es la que tengo cuando hablo con una de esas personas que interrumpe continuamente lo que te están contando para darte todo tipo de explicaciones: cómo se llega al sitio, de qué está hecho, de quién es familia –y algún chismorreo quizá–, la historia del lugar donde lo compró, etc. Personalmente, ese estilo me acaba exasperando; y me han entrado ganas, mientras leía, de gritarle al autor: ¡céntrate en la historia, que se te ocurren muy enjundiosas!, ¡y en los diálogos, que te salen bien! Veremos qué hace en el próximo. Por cierto, me han gustado los personajes secundarios.

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